Marta Hazas: «Lucho contra mis cabreos»
Profesión: actriz.
Nació: en 1977, en Santander.
Por qué está aquí: protagoniza «Amigos hasta la muerte» en el teatro
Muñoz Seca (Madrid)
Nació: en 1977, en Santander.
Por qué está aquí: protagoniza «Amigos hasta la muerte» en el teatro
Muñoz Seca (Madrid)

– «Amigos hasta la muerte». ¿Cree en la amistad hasta la muerte?
–Tengo pocos y buenos amigos, y sí, creo en la amistad hasta la muerte.
–El tango dice que cuando se quiebra la vida «no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor...»
–De los amigos no hay que esperar nada. La amistad es dar.
–Ovidio: «Si la fortuna te es adversa, te quedarás solo».
–Quizá, pero si te quedas solo, es que no tenías buenos amigos.
–Pío Baroja decía que sólo los tontos tienen muchos amigos.
–De acuerdo. Pero es muy posible que los tontos sean más felices.
–No sé si se ha dado cuenta de que ahora casi todo el mundo está cabreado.
–Sí. Yo lucho contra mis cabreos, contra mi ira.
–¿Prefiere amistad, amor o ligue?
–La amistad es una forma de amor. Y el ligue lo descarto teniendo amor.
–Julio Iglesias asegura que el vino ha sido su mejor compañero en los últimos 50 años. ¿Elige vino, perro, gato u hombre como compañero?
–No sé por qué hay que elegir. Me quedo con todo eso menos con el gato. Lo cambio por una buena película.
–En la comedia engaña a su pareja con su mejor amigo. ¿Al final todo se soluciona con un «ménage à trois»?
–No. Y no soy partidaria de esa solución: es pan para hoy y hambre para mañana.
–Ya. En la vida real, ¿qué diría si su pareja le pillara con otro?
–No sé. Cualquier cosa menos «esto no es lo que parece».
–Si un amigo le comenta «hija, en esta obra estás fatal», ¿lo fulmina, lo borra?
–Ningún amigo que te quiera puede decir eso. No a una actriz. Una cosa es la sinceridad conveniente y otra la sinceridad cabrona.
–¿Y cómo anda de enemigos?
–Alguno hay. Desconfío de la gente que le cae bien a todo el mundo.
–La publicidad de la obra afirma «Si no te ríes te devolvemos el dinero».
–Hay una aseguradora para eso. Hasta ahora, nadie ha reclamado.
–Espere a que vaya Angela Merkel...
–Tengo pocos y buenos amigos, y sí, creo en la amistad hasta la muerte.
–El tango dice que cuando se quiebra la vida «no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor...»
–De los amigos no hay que esperar nada. La amistad es dar.
–Ovidio: «Si la fortuna te es adversa, te quedarás solo».
–Quizá, pero si te quedas solo, es que no tenías buenos amigos.
–Pío Baroja decía que sólo los tontos tienen muchos amigos.
–De acuerdo. Pero es muy posible que los tontos sean más felices.
–No sé si se ha dado cuenta de que ahora casi todo el mundo está cabreado.
–Sí. Yo lucho contra mis cabreos, contra mi ira.
–¿Prefiere amistad, amor o ligue?
–La amistad es una forma de amor. Y el ligue lo descarto teniendo amor.
–Julio Iglesias asegura que el vino ha sido su mejor compañero en los últimos 50 años. ¿Elige vino, perro, gato u hombre como compañero?
–No sé por qué hay que elegir. Me quedo con todo eso menos con el gato. Lo cambio por una buena película.
–En la comedia engaña a su pareja con su mejor amigo. ¿Al final todo se soluciona con un «ménage à trois»?
–No. Y no soy partidaria de esa solución: es pan para hoy y hambre para mañana.
–Ya. En la vida real, ¿qué diría si su pareja le pillara con otro?
–No sé. Cualquier cosa menos «esto no es lo que parece».
–Si un amigo le comenta «hija, en esta obra estás fatal», ¿lo fulmina, lo borra?
–Ningún amigo que te quiera puede decir eso. No a una actriz. Una cosa es la sinceridad conveniente y otra la sinceridad cabrona.
–¿Y cómo anda de enemigos?
–Alguno hay. Desconfío de la gente que le cae bien a todo el mundo.
–La publicidad de la obra afirma «Si no te ríes te devolvemos el dinero».
–Hay una aseguradora para eso. Hasta ahora, nadie ha reclamado.
–Espere a que vaya Angela Merkel...

 

 Veiga, como autor, explora la traición de la amistad y la capacidad de recomponerla cuando uno de los miembros de la pareja está en situación límite. Será la mujer la única capaz de manipular a ambos para conseguir sus propósitos demostrando que, como casi siempre, los hombres somos unos pardillos. Con una sorpresa un tanto macabra por medio, la obra podría derivar hacia el sentimentalismo lacrimógeno pero el autor opta por el humor, con bastante tinte negro. Solamente en las últimas escenas cede a la emotividad.
Veiga, como autor, explora la traición de la amistad y la capacidad de recomponerla cuando uno de los miembros de la pareja está en situación límite. Será la mujer la única capaz de manipular a ambos para conseguir sus propósitos demostrando que, como casi siempre, los hombres somos unos pardillos. Con una sorpresa un tanto macabra por medio, la obra podría derivar hacia el sentimentalismo lacrimógeno pero el autor opta por el humor, con bastante tinte negro. Solamente en las últimas escenas cede a la emotividad.









