Es consciente de que ser actriz es una carrera de fondo, y que avanzar paso a paso es la mejor manera de llegar a la meta. Ella acaba de cruzarla con su papel en 'Velvet'.
El 31 de diciembre Marta Hazas celebró su 37 cumpleaños. Y cumplió, además, con el ritual de intercambiarse con su chico, el actor Javier Veiga, una nota con tres propósitos para 2015. 365 días después, cada uno leerá la del otro para averiguar si se han hecho realidad. No desvela cuáles son sus deseos, pero sí que no sería la primera vez que se cumplieran.
En una ocasión, recuerda, pidió un papel con mucha acción, y la llamaron para 'Bandolera', la serie que la puso en órbita como actriz. Aunque en su currículo se incluyen también otras interpretaciones que le han dado fama, como las de 'El internado', 'Gran hotel' o sus intervenciones en cine ('Lo contrario al amor'; 'Ocho citas'; y 'Pancho, el perro millonario').
Marta Hazas es de Santander, un origen que no cambiaría por nada, salvo por haber nacido en EE.UU. en aquellos años dorados del cine. Porque nunca quiso ser otra cosa que actriz. Desde niña devoraba películas clásicas en casa de su abuela.
Mujerhoy. De algún modo, está viviendo esos años soñados a través de Clara Montesinos, su personaje en 'Velvet'…
Marta Hazas. Me encanta la moda de los 50, así que no podría haber imaginado un papel más perfecto. Cada vestido es una joya. De hecho, algunos son antiguos de verdad. Hay un vestido rojo que me pondría hoy sin problemas.
MH. ¿Será por el glamour por lo que enganchan las series de época?
MH. En 'Velvet' tiene muchísima importancia el guión, con todos los ingredientes para que te atrape: amor, misterio, intriga… Si solo fuera por la estética, la gente solo vería el primer capítulo. Para que enganche tiene que construirse como un Lego, donde todas las piezas encajan: la historia, la ambientación, el vestuario…
MH. Hay quien dice que es una serie 'de chicas'. ¿Existe tal cosa?
MH. No creo que haya distinciones de ese tipo. Hay muchos chicos que la ven. Lo que pasa es que nosotras nos fijamos en los detalles del pelo y la ropa, mientras que ellos dicen: “¡Jo, qué chulo el coche que salía…!”.
MH. Clara es una mujer muy atrevida para aquellos años… ¿Y usted?
MH. Sí, es una inconformista, muy echada para adelante. Yo no sé si sería tan valiente, pero cuando quiero algo, también lucho sin escatimar esfuerzos para conseguirlo. Soy cabezota y muy impulsiva, como ella.
MH. ¿E igual de coqueta?
MH. Sí, aunque no empleo mis armas de mujer, como ella. Pero, claro, en aquellos años esa artillería era importante; ahora las mujeres ya no tenemos que recurrir a eso para alcanzar nuestras metas.
MH. ¿Le interesa la moda?
MH. Me gusta estar guapa, pero no soy esclava de las tendencias.
MH. ¿Y de los cosméticos?
MH. Tampoco. No me maquillo mucho, porque me veo más guapa al natural. Pero la maquilladora de 'Velvet' me ha descubierto el iluminador Touch Éclat de Yves Saint Laurent y me ha enamorado: solo con eso ya tienes buena cara. Además, me pongo base y máscara.
MH. No le hace falta mucho…
MH. Bueno, y unas gotas de Drops&You. La fragancia que he creado con la ayuda del perfumista Toni Cabal. Es floral, fresca, afrutada.
MH. Belleza, talento, suerte... ¿Todo cuenta para lograr abrirse camino en esta profesión?
MH. Para hacer carrera, que es lo difícil, influye la fortuna. Pero lo que cuenta es el esfuerzo. Esta es una profesión en equipo, así que es fundamental dejar buen sabor de boca y hacer fácil el trabajo a los demás. Es importante no creerse estrella.
MH. ¿Cuándo fue consciente de que había logrado su sueño?
MH. El primer día de rodaje de 'El internado', que fue mi primera serie potente. Me vino a recoger un coche, me peinaron, me pintaron, vi todo aquello de claqueta y acción… Y, pensé: “¡Lo he conseguido!”. Luego hay momentos que te recuerdan que estás ahí, como cuando ves fotos tuyas en las revistas.
MH. ¿Se acostumbra uno a verse en el papel?
MH. Es como si no fuera yo… En ese sentido, sí que desdoblas un poquito tu personalidad.
MH. ¿Le ha cambiado la vida?
MH. Solo en que ahora me reconocen por la calle. Me choca, sobre todo, en Santander, porque es un entorno que no relaciono con el trabajo. Allí se me olvida que soy actriz, así que cuando la gente me dice algo, me sigue sorprendiendo. Por lo demás, mi vida sigue siendo la misma. Yo solo vivo la parte buena: la gente es amable conmigo.
MH. ¿Está donde quería estar a estas alturas de su vida?
MH. Sí, disfrutando del sueño de ser actriz y aprendiendo con grandes como José Sacristán o Concha Velasco.
MH. ¿Tiene un plan o se deja llevar?
MH. ¿Planes? ¡Imposible! A veces reflexionas y dices: “Ahora por aquí”, pero la vida te lleva la contraria. Lo único que está en mis manos es escoger, dentro de lo posible, lo que se adapte a mis gustos. De momento, estoy siendo afortunada con los proyectos que me proponen.
MH. Aún no le ha llegado su oportunidad en el cine. ¿Le preocupa?
MH. Para nada. Para mí, el proyecto está por encima del medio. Claro que me gustaría que me llegaran proyectos cinematográficos apasionantes, como los que hago en televisión, pero no me obsesiona en absoluto.
MH. ¿La tele sigue siendo la hermana pequeña del cine?
MH. No es un formato de segunda. Antes estaba vinculada a otro tipo de productos, pero ahora consumimos mucha serie americana, que está ganando terreno al cine. Nosotros hemos aprendido y cada vez estamos haciendo mejor la ficción española para televisión.
MH. ¿Cómo es Marta Hazas en casa?
MH. Soy la que cuenta los chistes malos, me gusta hacer reír…
MH. ¿Es usted más de comedia que de drama, entonces?
MH. Totalmente. Y si puede ser romántica, mejor. Las penas me las guardo para mí.