"En "Bandolera" soy una inglesa de armas tomar que vuelve a Andalucía para recuperar sus raíces"
Marta Hazas está enamorada de su papel. Su personaje está en las antípodas del que acaba de terminar en 'El internado'. Monta a caballo, practica esgrima, dispara un winchester y se saca las castañas del fuego. Da vida a una mujer que rompe con los estereotipos del siglo XIX.
2010 es un buen año para Marta Hazas. Hace tres meses terminó su travesía por El internado, una serie inquietante que ha tenido en vilo a miles de fans. Ha rodado una película de la mano de Aguirresarobe, Muertos de amor, protagoniza la obra de teatro El mercader de Venecia y está al frente de la nueva serie de Antena 3 Bandolera.
De profesora en "El internado" a "Bandolera"…
Paso de profesora a inglesita intrépida. Doy vida a una inglesa de armas tomar que vuelve a Andalucía a recuperar sus raíces. Es una mujer muy adelantada a su tiempo.
Hablemos de "El internado", una serie con una trama que se salía de lo tradicional.
En esta serie se ha arriesgado bastante. Ha sido una serie de misterio, y no se había hecho nada similar.
¿Ha acabado a tiempo o cree que podía haber durado más?
Ha terminado en su momento. La serie no permitía un recorrido mucho más largo. Los personajes no se relacionaban con gente del exterior. Si se seguían metiendo personajes era crear otra serie.
Amelia, su personaje, no acabó muy bien.
No, mi personaje, como muchos en esta serie, murió.
¿Está de acuerdo con la muerte que dieron a su personaje?
Como actriz estoy encantada con el personaje que he hecho, con su evolución y con que me mataran en un momento justo. Esa muerte me permitió rodar una película, Muertos de amor con Mikel Aguirresarobe como director. Pero es cierto, que en plan Amelia me hubiera encantado una muerte más heroica, salvando a Fermín o que se encontraran Marcos y la madre. Me lo pasé muy bien haciendo el último capítulo…
¿Una muerte dura?
Bueno, descubro un sitio donde están guardando todas las medicinas y entonces Hugo me da con una piedra en la cabeza y me asesina vilmente.
Volvemos al presente, "Bandolera". ¿Curro Jiménez en versión femenina?
Como un referente no está mal ver. Mi personaje no es como ese, pero la ambientación de la serie y el tono va un poco por ahí.
¿Había visto la serie?
Ahora, en la página de TVE he visto algún capítulo de Curro Jiménez.
En esta serie, respecto a la anterior, ha cambiado de siglo, de tramas, de forma de vestir… ¿Qué es lo que más le apasiona?
Cuando me pasaron la biblia de la serie vi que el personaje de Sara resultaba maravilloso, es un personaje de esos que como actriz es un regalo. Es un papel lleno de matices, en el personaje contrasta su carácter inglés con su forma de actuar apasionada. Es una mujer de acción. Sabe montar a caballo, sabe esgrima, se saca las castañas del fuego, dispara un Winchester… Para una actriz es un lujo poder hacer todas estas cosas.
El reparto es muy amplio, ¿no?
El reparto es una maravilla. No había trabajado nunca con la productora Diagonal y me encanta su forma de enfocar las películas.
No se quejará, habrá crisis laboral, pero no para usted: "El internado", una película, "Bandolera"…
Te olvidas de que también estoy en teatro con "El mercader de Venecia". Este año tengo que decir que he tenido mucha suerte. También es cierto que llevo en Madrid siete años currándomelo.
¿Cuándo decidió ser actriz?
Siempre he querido ser actriz. Pero hice periodismo antes de venirme a Madrid. Soy de Santander y estudié en Leioa. A mi cabeza le venía bien tener un plan B. Además, cuando acabé COU no tenía tan claro cómo era eso de venirse a Madrid y querer se actriz. No sabía cómo funcionaban las escuelas, los representantes. Hice periodismo, pero tenía muy claro que terminaba y me venía a Madrid.
¿En su casa estaban convencidos de que en usted había una actriz o una periodista?
Mi madre prefería que yo fuera periodista, pero sabía que tenía una actriz. Eso que nunca he sido la típica niña protagonista de las obras del cole. Siempre me ha gustado el cine, me he pasado horas con mi abuela viendo pelis de Marlon Brando, Bette Davis…
Como espectadores asistimos a una explosión de series de época en televisión, ¿le gustan a usted?
Como espectadora sí me gustan. Me parece muy interesante que nos atrevamos a hacer época. Hay grandes películas, me encantó El perro del hortelano de Pilar Miró, la de Lope está muy bien.
De usted decían que era la mujer más guapa de "El internado".
Para gustos los colores, es un halago, había muchas chicas guapas en el serie, no sé qué decir…
¿El físico ayuda en su profesión?
En esta profesión entras por los ojos. Pero no creo que ser guapo sea lo que sirva. Hay ciertos papeles que necesitan unos perfiles. En El internado fíjate, había mucha competencia de chicos y chicas guapas, y todos eran estupendos actores.
¿Qué es lo que más le atrae de la profesión?
Ahora mismo, la cantidad de cosas que te permite aprender y vivir. Por ejemplo, yo no tenía ni idea de montar a caballo y, de pronto, ha sido para mí un descubrimiento, me ha encantado, me ha parecido un lujo: me dan clases, me las pagan y me da la posibilidad de experimentar un mundo que desconocía. Es un trabajo diferente
¿Cambiar de siglo le resulta fácil?
Es también apasionante, de repente estás en 1882 y descubres cosas que has olvidado.
¿Qué tal se lleva la fama?
La llevo muy bien. La gente es muy educada. Me ha dado más satisfacciones que disgustos.
¿Qué tal lleva el vestuario de época?
Bien. De repente, voy de época en la tele y en el teatro. Tengo que agradecérselo mucho a Montse Sancho y a su equipo que se lo han currado y me lo han hecho todo a medida. Llevo una falda pantalón increíble. Cuando llego al pueblo parezco una inglesita elegante. Cuando tengo que montar a caballo es genial.
¿Se va a quedar con alguno?
No se lo he dicho a ellos, pero me encantaría quedarme con alguna falda pantalón. De El internado con alguna cosa de Amelia me quedé. Me regalaron la carpeta que llevaba durante toda la serie, unos zapatos muy bonitos y otras cositas.
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